Crónicas de ProgresoEl éxito de una riesgosa maniobra en caliente

El éxito de una riesgosa maniobra en caliente

Siete daños se presentaron en la tubería del gasoducto Sutamarchán-La Belleza, reportados por medio de una maniobra en caliente para asegurar el suministro de gas para Colombia y la seguridad de los colaboradores y del territorio.
  • Excavación en medio de la montaña, hay una retroexcavadora y operarios de TGI

    Para la reparación se utilizó la técnica de hot tapping y line stopping, que consiste en cambiar tramos de la tubería instalando un by pass o tubería paralela para mantener el flujo de gas.

Como un hecho histórico, en abril de 2020, a comienzos de la cuarentena obligatoria por la pandemia de Covid-19, tuvimos alertas de daños en siete puntos distintos de un mismo tramo de la infraestructura en los municipios de Santa Sofía (Boyacá), Jesús María y Albania (Santander), exactamente en el gasoducto de Sutamarchán-La Belleza, el cual transporta casi el 90% del gas que mueve TGI.

“Realizamos las inspecciones con herramientas inteligentes, que son transportadas con el mismo flujo de gas que va por las tuberías. Estas funcionan con métodos electromagnéticos y tienen sensores y electrónica de alta tecnología, para detectar defectos y así conocer el estado de nuestros principales ductos”, explica el ingeniero Carlos León, director de Mantenimiento de la Zona Centro Oriente y encargado de la reparación.

“Una vez comenzamos a analizar los reportes, vimos que había siete puntos críticos, en los que había una pérdida en el espesor de la tubería mayor del 80%. Ahí el tubo pierde su capacidad de soportar la presión con la que está siendo transportado el gas y se pueden producir fallas. Teníamos que actuar de inmediato y evitar de esta forma el corte en el suministro del servicio, pero era necesario definir la estrategia revisando los diferentes escenarios posibles y buscando la menor afectación”, afirmó el ingeniero Juan Carlos Hurtado, vicepresidente de Operaciones.

Esta afectación implicaba una reparación en campo de una exigencia, magnitud y simultaneidad que nunca habíamos tratado en TGI, y mucho menos en pleno pico de una pandemia.

A esto se sumó que para junio y julio amenazaba el fenómeno de El Niño, que bajó el nivel de los embalses en los que normalmente producimos la energía eléctrica, por lo cual el suministro de gas entró a apoyar la generación de demanda de las termoeléctricas del país.

Así que gran parte del país tenía electricidad gracias al gas. Un racionamiento hubiera sido desastroso tanto para la rentabilidad financiera de TGI como para el bienestar de millones de hogares, que ya estaban suficientemente afectados por la pandemia.

“Cuando se presenta una situación de este tipo debemos hacer un proceso de análisis y planeación de riesgos de la infraestructura que puede durar hasta 12 meses. En este caso, logramos realizarlo en cuatro meses: el 26 de agosto iniciamos la maniobra en caliente para reparar el gasoducto, un trabajo en simultáneo en los siete puntos en los que detectamos daños y cuatro más que descubrimos durante la intervención”, explica el ingeniero León.

“El compromiso y el liderazgo con el que este equipo han asumido este proyecto de tanta relevancia a nivel operativo demuestra que en TGI somos capaces de asumir grandes retos resaltando siempre nuestros atributos corporativos: Primero la Vida, Desempeño Superior y Conciencia Social”. Ingeniero Carlos León, director de Mantenimiento de la Zona Centro Oriente de TGI

Para la reparación fue utilizada la técnica hot tapping y line stopping, que consiste en cambiar tramos de la tubería instalando un by pass o tubería paralela para mantener el flujo de gas. La operación le tomó tres días a un equipo de 60 trabajadores que laboraron las 24 horas del día, distribuidos en turnos y ubicados en diferentes puntos de la montaña donde estaba la afectación.

Previo a esta maniobra, tuvieron un arduo trabajo durante varios meses: ingresar maquinaria y tubería por selva espesa a una zona muy pendiente y en una época de mucha lluvia. Incluso, construyeron una vía que no existía para poder llegar hasta la montaña.

“Actuamos con precisión y en el momento oportuno. Así evitamos que pudiera verse afectado uno de los oleoductos más importantes del país, el de Ocensa, de 36 pulgadas, y que está a tan solo tres metros de nuestro gasoducto. Este transporta gran parte del crudo desde los Llanos Orientales hasta Coveñas. Y con el río Guayabal cerca, una afectación al oleoducto hubiera sido un daño ambiental irreparable”, afirma León.

Esta maniobra cambió la perspectiva que tenía TGI de realizar las reparaciones en frío, por cuanto aun con todos los riesgos y los elementos en contra, lograron hacer dicha maniobra en caliente, sin suspender el servicio y sin contratiempos desafortunados.

“Esto es algo que hay que estandarizar, para que estemos preparados con una logística y con el abastecimiento de materiales, herramientas y maquinaria requerida, por si llega a presentarse la necesidad de una reparación inmediata en puntos críticos de la operación”, concluye el ingeniero Hurtado.