Crónicas de ProgresoGNV, por el camino de la movilidad sostenible

GNV, por el camino de la movilidad sostenible

La mayoría de los sectores económicos de Colombia requieren movilizar sus mercancías por el territorio nacional. Una carga que demanda transporte eficiente y de alta calidad, y que encuentra en el gas natural vehicular un aliado para cumplir con esos retos.
  • Bus urbano de Transmilenio con letrero de GNV, gas natural vehícular
  • Bus urbano de Transmilenio con letrero de GNV, gas natural vehícular
  • Bus urbano de Transmilenio con letrero de GNV, gas natural vehícular
  • Bus urbano de Transmilenio con letrero de GNV, gas natural vehícular

En nuestro país, el uso del gas natural vehicular (GNV) es cada vez mayor. Los resultados son claros: Colombia está en el top 10 mundial y en América Latina ocupa el segundo lugar.

Y es que frente a las emisiones que genera un vehículo impulsado por diésel, el gas natural comprimido ofrece disminuciones cercanas al 100% de material particulado de 2.5, reducciones superiores al 75% de dióxido de nitrógeno y entre el 20% y el 30% de dióxido de carbono.

“Durante muchos años, las empresas del sector del gas natural han apoyado a los usuarios finales para que puedan hacer la instalación de los kits de conversión a través de los talleres, y así es como hay más de 600.000 placas convertidas. Además, a partir del 2018, las nuevas tecnologías del transporte que reciben energéticos más limpios empezaron a llegar a Colombia, y se han ido posicionando muy bien. Hoy en día hay más de 3.000 vehículos rodando por nuestras carreteras con tecnología de uso exclusivo de gas natural, con marcas probadas como Sinotruk, Scania, Faw, Kenworth, Fiat, entre otros”, destaca Silvia Fernanda Ordóñez, líder de Urbes y Movilidad de TGI.

La ejecutiva comenta que entre 2018 y 2019 estos avances empezaron a ser parte importante del sistema de transporte masivo de pasajeros de Bogotá TransMilenio, y hoy en día más del 50 % de su flota se impulsa con GNV.

Y las empresas que ofrecen servicios de transporte de carga pesada también están a la vanguardia para ofrecer servicios eficientes, que incluyen vehículos dedicados a GNV porque también las industrias de varios sectores buscan ser más eficientes con soluciones de transporte que no contaminen, y así lograr ser más competitivas.

“Cómo evitar un desastre climático es el último libro de Bill Gates. Ahí dice que todos debemos empezar a trabajar unidos para alcanzar la neutralidad mundial en emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero”. Edgardo Espinosa Martínez, vicepresidente comercial de Licitaciones y Contratos de OPL Carga.

Una de estas compañías, pionera y comprometida en hacer la transición de vehículos diésel a automotores dedicados a gas natural, es OPL Carga. “A mediados del 2018 hicimos una prueba controlada con dos tractocamiones que adquirimos de la marca Faw: probamos la tecnología, el rendimiento de los camiones, vimos cómo se comportaban en la geografía colombiana, rutas, clientes y productos. El compromiso fue que si cumplían unos requisitos mínimos que propusimos, ese mismo año compraríamos tres más, y así se hizo”, afirma Edgardo Espinosa Martínez, vicepresidente comercial de Licitaciones y Contratos de OPL Carga.

Hoy esta empresa con 14 años de experiencia tiene una flota de aproximadamente 50 camiones dedicados a GNV, y muy pronto recibirá 15 más. Solo les quedan cinco equipos diésel, que dicen serán reemplazados máximo en un año.

El directivo explica que antes de decidir hacer la transición estuvieron casi año y medio revisando tecnologías disponibles en el mundo y el abastecimiento de gas en Colombia. “Fue un proceso complejo, porque fuimos los primeros en tomar esa tecnología, obviamente, apoyados por las distribuidoras de gas en Colombia: entre ellas están Vanti, Gases de Occidente, Gases del Caribe y Surtigas, que nos facilitaron la revisión del abastecimiento, los precios, que las estaciones pudieran abastecer los vehículos de forma rápida y que los tractocamiones pudieran ingresar en ellas fácilmente porque tienen, aproximadamente, 17 metros de largo”, cuenta.

La flota de OPL Carga incluye minimulas y tractocamiones. Las primeras, diseñadas para transportar contenedores con productos de importación y otros productos, como papel y cartón, del mercado nacional. Las segundas, dedicadas a transportar carga seca, como aceros, carbón, materiales de construcción, cemento empacado, entre otra. “También movemos carga líquida, incluso carga refrigerada. Entonces, estamos repartidos en más del 80% de los sectores económicos del país”, explica el vicepresidente comercial de Licitaciones y Contratos.

El directivo destaca que al adquirir la tecnología GNV han recibido varios beneficios. Para empezar, al comprar estos vehículos, por ser dedicados a gas natural vehicular, están exentos del IVA. Además, y es un valor agregado que dan a sus clientes, sus automotores no están sujetos a las restricciones de movilidad de pico y placa ni tampoco a la restricción ambiental, ya que no son contaminantes.

“Además, los agentes de la cadena del gas natural otorgan unos bonos, recursos que buscan la sustitución del diésel por energéticos de bajas emisiones, como lo es el GNV. Nosotros presentamos unas proyecciones y recibimos unos aportes por vehículo”, comenta Espinosa.

Otro caso de éxito

Teca Transportes presta sus servicios a las industrias de los hidrocarburos, alimentos, materiales para la construcción y materias primas. Desde finales de 2019 esta compañía comenzó a adquirir vehículos dedicados a gas natural que empezaron a circular en enero de 2020.

“Tenemos las mulas de gas, de la marca Scania, dedicadas en dos operaciones de transporte: de cerveza entre Cundinamarca y Boyacá, y de cemento entre Antioquia y Bucaramanga”, explica el gerente administrativo Henry Cárdenas.

Según Naturgas, al terminar 2020 por las vías de Colombia rodaban más de 3.000 vehículos pesados dedicados a GNV.

Al preguntarle sobre las ventajas que ofrece el GNV, el ejecutivo de Teca Transportes menciona que les ha significado ahorrar un 7,5% al comparar el precio del gas frente al del diésel; aunque con este último deben tanquear cada 700 kilómetros y los carros a GNV lo requieren cada 450 kilómetros, hay economía.

“El tema administrativo es mucho menor porque ya no tenemos que controlar a los conductores en los consumos del gas, como sí debíamos hacerlo con el diésel. El gas no lo pueden comercializar como el ACPM. Eso nos ha ayudado mucho administrativamente. Otra ventaja es no tener restricciones de movilidad en Bogotá, y eso es un valor agregado para el cliente”, explica Henry Cárdenas, también presidente de Fedetranscarga, y agrega que Teca tiene proyectadas nuevas inversiones para seguir en esta línea de la economía y la eficiencia.

Con todo esto, los buenos resultados y el aporte de los colombianos para disminuir los índices de contaminación son evidentes, y para que estos sigan destacándose, “TGI y los otros agentes de la cadena de gas en Colombia, es decir, el productor y los distribuidores de gas, se han unido para impulsar el uso del GNV en el transporte a través de incentivos económicos que facilitan esa decisión al usuario final. Estos están abiertos para usuarios finales, tanto para conversiones, a través de talleres certificados, como en la incorporación de vehículos de flotas dedicadas al gas”, finaliza Silvia Fernanda Ordóñez, líder de Urbes y Movilidad de TGI.