Crónicas de ProgresoAsí vivimos la pandemia en TGI

Así vivimos la pandemia en TGI

En marzo del año 2020, el Grupo Energía Bogotá, del cual formamos parte, creó la Gerencia Covid para proteger la salud de los colaboradores y las comunidades en los territorios, sin dejar de prestar nuestros servicios ni un solo día.

Pensando en la protección de la vida, en la continuidad del negocio y en poder ayudar a las comunidades en los territorios de los 18 departamentos en los que TGI tiene su infraestructura, en marzo del año 2020 pusimos en marcha el Plan de Atención, Recuperación, Reactivación y Estabilización frente a la pandemia.

“Entendimos que la vida está primero que cualquier otra cosa, que nuestro activo más preciado son los colaboradores y que sin ellos el negocio no puede continuar. Todo esto siendo fieles a nuestro atributo cultural Primero la Vida”, afirma Ángela Rodríguez, gerente del Covid-19.

De la pandemia también aprendimos que la salud es integral: “Ahora, en el acompañamiento a nuestros colaboradores estamos incluyendo otros riesgos para analizar, como el psicosocial y el emocional, porque tenemos compañeros que perdieron familiares y estamos creando redes de apoyo para sentirnos cerca, aun estando en la virtualidad”, añade.

“También aprendimos a que salimos adelante si nos unimos como equipo, a repensarnos como compañía y a acercarnos aun en la distancia, a ser resilientes y generar consciencia entre nuestros colaboradores sobre el cuidado”, comenta la gerente.

Así viven los colaboradores de TGI la pandemia, desde casa o en la operación:

Desde casa

Para cuidar la vida de los colaboradores y sus familias, el 16 de marzo tomamos una decisión temprana y muy sensata: aproximadamente el 80% de los colaboradores de la compañía comenzaron con la modalidad de teletrabajo desde sus casas.

Con la herramienta tecnológica VidaRep, desarrollada en GEB, los colaboradores y contratistas pueden registrar signos y síntomas. Las 24 horas del día, incluso en fines de semana y festivos, hay seguimiento en tiempo real para actuar lo más rápido posible y tomar las mejores decisiones.

Esto implicó un gran reto y también una nueva forma de vida: “Me encantó trabajar desde casa. Así pude ver día a día a mi hijo en sus actividades del colegio. Por supuesto, hace falta de vez en cuando irse a tomar un cafecito con los compañeros. Pero el teletrabajo nos permitió reducir tiempos de desplazamiento, priorizar a qué reuniones asistíamos. Además, la empresa nos envió de la oficina todo lo necesario para trabajar: escritorio, doble pantalla, ventilador y silla”, comenta María Alexandra Bejarano, profesional de la Gerencia de Integridad y Confiabilidad.

En abril de 2020, esta joven y dinámica trabajadora de TGI y su familia resultaron contagiados por el virus: “Al principio no reporté los síntomas por miedo. Pero a los pocos días mi esposo no podía respirar bien y fue internado en la UCI un jueves. Ese mismo día entró también mi suegro a cuidados intensivos y falleció, mientras mi esposo estaba inconsciente”, relata María Alexandra.

“Cuando levanté la mano y pedí ayuda, fue sorprendente la calidez de todos. El apoyo de TGI me permitió manejar ese momento de la mejor manera y tener un espacio para dedicarme totalmente a mi familia y a la recuperación de mi esposo”, agrega.

Desde la operación

El primer caso de contagio dentro de la operación ocurrió el 3 de septiembre, cuando nos reportaron que había dos personas positivas, familiares de un contratista de la firma Inemec, que desarrolla un proyecto en Hatonuevo, La Guajira. De inmediato hicimos el cerco epidemiológico y analizamos los últimos contactos estrechos de los contagiados.

“La posibilidad de tener un brote era inminente: por eso frenamos las labores y tomamos pruebas a todo el personal. En total se contagiaron 26 personas del primer frente de trabajo. Todas ellas fueron puestas en aislamiento para prevenir el contagio en el resto de la comunidad indígena wayú”, cuenta Jhon Carrillo, profesional de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) de TGI.

Logramos contener el brote sin mayores complicaciones de salud para los trabajadores, a quienes les hicimos un seguimiento diario con los equipos médicos de la compañía y del contratista. Además, con la ayuda del secretario de Salud del municipio y el jefe del cabildo indígena, extremamos las medidas y seguimos al pie de la letra el aislamiento.

Tras ese hecho, hicimos una evaluación de campo, una visita a la obra, para revisar las medidas de bioseguridad y los protocolos de desinfección del personal. Además, practicamos pruebas tipo PCR para asegurarnos de que los trabajadores estaban libres del virus para reintegrarse a sus labores.